Salud, discapacidad, pobreza y vulnerabilidad, así como violencia, fueron los cuatro focos de investigación aplicados, y de los cuales se destacan los siguientes resultados:

Salud y comorbilidad:

El 4.6% de los adultos mayores encuestados presentan estado de desnutrición y el 34% está en riesgo de llegar a ser desnutrido.

La fragilidad es un riesgo de discapacidad. De los encuestados, el 9.4% ya son frágiles, pero el 50% de la población, es decir uno de cada dos personas, está en riesgo de ser frágil.

60 de cada 100 personas encuestadas es hipertensa y tienen riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares como  infarto, falla cardiaca o trombosis cerebral. El 18% de los encuestados, es decir uno de cada cinco personas, sufren de enfermedades pulmonares, cifra similar al número de personas mayores que tienen diabetes en la ciudad. Así mismo, se identificó que uno de cada cuatro adultos sufre de depresión.

Al analizar todos estos resultados, se encuentra que las enfermedades presentes en adultos mayores de 60 años, pueden llegar a generar una discapacidad por su capacidad de hacer daño, e interferir en la calidad de vida de las personas mayores.

Discapacidad:

El 53% de los consultados tiene al menos un criterio para sufrir de discapacidad. El 60% de las encuestadas son mujeres, en una edad promedio de 71 años y nivel educativo bajo en el 51% de la población. Las mujeres viven más que los hombres, pero con mayor índice de discapacidad.

Dentro de las discapacidades más frecuentes se encuentran el desplazamiento articular, fallas en la visión y audición.

También se identificó que, aunque siete de cada diez personas están en un programa de rehabilitación por estas discapacidades, hay que saberlas orientar para que tenga un mejor impacto.

Pobreza:

7.8% de la población vive en pobreza extrema, es decir en un límite severo de necesidades básicas no satisfechas. Situación que es preocupante para cualquier sistema de salud y especialmente social.

Violencia:

Respecto a los índices de violencia se presenta una situación muy preocupante en la ciudad. El 42% de las personas (4 de cada 10) han sido víctimas de violencia en el último año. Las más frecuentes: expresiones ofensivas e insultos, lesiones personales (17%), atracos (20%), abuso sexual (2.5%), secuestro (0.3%). Se encontró que la familia es el principal agresor: el 13% viven con ellos y el 20% no viven en el mismo hogar.

"El documento final de la investigación tiene importantes elementos que aportan a la ciudad y al Distrito para tomar decisiones en política pública. El mismo ya ha sido entregado a las entidades correspondientes y desde el gobierno anterior se ha venido trabajando para que cada uno de estos resultados se conviertan decisiones que mejoren la calidad de vida y se pueda disfrutar de una mejor vejez", puntualizó el Dr. Cano.