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Dime en cuál posición duermes y te diré si estás descansando

El Tiempo.com | Julio 24 2017
 

El sueño reparador está relacionado con la postura que las personas adoptan al acostarse.

Todo el mundo debería tener claro que una cosa es acostarse a dormir y otra, muy diferente, acostarse a dormir bien. Dicho de otra forma, si bien el sueño está relacionado con la posición "de cúbito" –tendidos en posición horizontal–, lo cierto es que la humanidad da por hecho que la mejor postura es la que cada cual asume dadas sus características.

Mejor dicho, se cree que los individuos nacen con el aprendizaje necesario para dormir, por lo que no necesitan ningún tipo de instrucción. Sin embargo, diferentes estudios han demostrado que existen razones ligadas a las condiciones musculares, óseas y de edad, entre otras, que determinan que el organismo responde mejor al descanso si todas las estructuras se disponen y se alinean de manera adecuada.

Para empezar, hay que decir que ciertas posiciones que pueden resultar muy cómodas son poco saludables, porque presionan indebidamente algunas partes del cuerpo o generan tensiones (en músculos, ligamentos o tendones) que impiden la relajación plena y que se manifiestan como dolores al despertar.

Por definición, la mejor postura para dormir es la que, al levantarnos, proporciona la mayor sensación de relajación.

De acuerdo con este precepto, diversas investigaciones basadas en la evidencia permiten asegurar que dormir acostado de lado, apoyados sobre el flanco izquierdo del cuerpo, es la mejor posición posible en términos de descanso.

Un artículo publicado recientemente en The Journal of Neuroscience afirma que esta postura favorece la circulación, principalmente del sistema linfático, mediante el cual el organismo elimina los desechos metabólicos del sistema nervioso. Según investigadores de la Universidad de Stony Brook, en Nueva York, la eliminación de estos residuos disminuye la acción de sustancias que mantienen activas algunas partes del encéfalo y que bloquean el sueño profundo. "Es como si el sistema reticular dejara pasar estímulos que mantienen despiertas ciertas partes del cerebro", explica el neurólogo Gustavo Castro.

Lo anterior se favorece al dormir hacia el lado derecho, porque los grandes vasos sanguíneos se comprimen y disminuyen el retorno venoso, dado que la vena cava inferior (que recoge la sangre usada de la parte inferior del cuerpo) se encuentra hacia la derecha de la arteria aorta.

Esta disminución en la circulación, anota Castro, hace que las piernas y otras estructuras se inflamen y que se aumente la presión sobre músculos y nervios, lo que además de producir dolor induce a que estos se mantengan contraídos, por lo que no hay sensación de reposo.

De igual forma, según Hedok Lee y Jean Logan, dos de los autores del estudio del artículo en mención, dormir sobre el lado izquierdo "también alivia la acidez estomacal, merma la presión sobre la columna vertebral, proporciona mejor soporte al cuello y previene contracturas y retracciones".

De esta manera también se atenúan los ronquidos, asegura el neurólogo Castro. Por todas estas razones, es la postura recomendada –incluso en el embarazo– pese a que algunos consideran que, al mantener la cara rozando la almohada, se favorece la aparición de arrugas y se aumentan las líneas de expresión.

Para María Fernanda Pérez, jefa de fisioterapia del Hospital Universitario San Ignacio, de Bogotá, no basta dormir de lado: es muy importante utilizar una almohada que llene completamente el espacio que queda entre el hombro y la oreja, para lograr una posición cervical más neutra.

No sobra tampoco decir que, a pesar de que dormir sobre el lado izquierdo es lo recomendable, los cambios de posición durante el sueño también benefician la salud, según un estudio publicado en The Internal Journal of Allied Health Science and Practice.

Posición fetal

Aunque algunos recomiendan la posición fetal, principalmente para las mujeres embarazadas y para evitar los ronquidos, se ha demostrado que al doblar el cuerpo se restringe la respiración diafragmática. Así mismo, se producen tensiones en el cuello y la espalda que no favorecen la relajación.

Boca abajo

Es la postura que suele adoptarse cuando hay mucho cansancio, pero es la menos recomendable porque favorece presiones indebidas sobre articulaciones y músculos, con serias repercusiones en cuello y espalda. Si bien es la más favorable para quienes roncan, también disminuye los movimientos del tórax al respirar y estimula las retracciones en el cuello, en las articulaciones de los hombros y en las rodillas.

Boca arriba

Se ha demostrado que dormir con la espalda apoyada en la cama puede evitar dolores de cabeza, de cuello y de espalda. Es recomendable para las personas con reflujo gastrointestinal, para las que quieren evitar la aparición de arrugas tempranas y, en algunas mujeres, para disminuir la presión sobre los senos. Lo negativo es que favorece los ronquidos e incrementa las apneas. En personas que ya tienen retracciones o dolores en cabeza y cuello, estos pueden incrementarse de manera desproporcionada.

Fuente: http://www.eltiempo.com/vida/salud/las-mejores-posiciones-para-dormir-111812