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HE PENSADO QUE…
Por: Padre Eugenio Antonio Gómez Caycedo, S.J. – Director de Auditoría Interna de Gestión
Dec 13 2017
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Al cumplirse 75 años de la creación de la Facultad de Medicina de la Universidad Javeriana y del Hospital Universitario San Ignacio, he pensado que el crecimiento y diversificación pueden traer como consecuencia la pérdida de la unión y de los ideales que dieron origen al Hospital y a la Javeriana.

Eso mismo pensó San Ignacio de Loyola que podría sucederle a la Compañía de Jesús, pues poco tiempo después de fundada se hizo grande y se esparció por el mundo. Y pensar así no era una idea descabellada pues el proyecto de los primeros jesuitas no era enclaustrarse en un convento sino "discurrir y hacer vida en cualquiera parte del mundo, donde se hallare mayor servicio de Dios y ayuda de las ánimas". A la circunstancia de estar "tan esparcidos en diversas partes del mundo", añade Ignacio el hecho de que los miembros de la nueva orden "comúnmente serán letrados" y tendrán el favor de príncipes o personas grandes y pueblos" (Constituciones n.655, 656).

Estableció, entonces, Ignacio, un sistema de comunicación epistolar, que permitió mantener la identidad de propósitos, la colaboración y, por encima de todo, el mutuo afecto y el calor humano, que Ignacio llama la "unión de los ánimos". Javier, una vez recibió las orientaciones de Ignacio, le escribió: "Yo así lo haré como me lo enviáis a mandar". Las cartas de Javier fueron muchísimas. No se explica uno cómo pudo lograrlo, a pesar de las dificultades que en esos tiempos tenía la correspondencia. Eran esperadas con grandes deseos y, una vez recibidas, se multicopiaban y difundían por toda Europa; gustaban mucho porque daban a conocer la idiosincrasia de los pueblos que evangelizaba y suscitaron en muchos el deseo de ser misioneros. Hubo un caso digno de mencionarse a este respecto: el de Jerónimo Nadal, mano derecha de Ignacio, a quien este no había logrado persuadir de que hiciera los Ejercicios y entrara en la Compañía de Jesús, hasta que se rindió ante la lectura de las cartas de Javier, quizás la de enero de 1544:

"Muchas veces me vienen pensamientos de ir a los estudios de esas partes, dando voces como hombre que ha perdido el juicio, y principalmente a la universidad de París, diciendo en la Sorbona a los que tiene más letras que voluntad para disponerse a fructificar con ellas: ¡cuántas ánimas dejan de ir a la gloria y van al infierno por la negligencia de ellos! Y así como van estudiando en letras, si tuviesen en la cuenta que Dios nuestro Señor les demandará de ellas y del talento que les tiene dado, muchos de ellos se moverían, tomando medios y ejercicios espirituales para conocer y sentir dentro en sus ánimas la voluntad divina, conformándose más con ella que con sus propias afecciones, diciendo: "Señor, aquí estoy, ¿qué quieres que yo haga? Envíame donde quieras…"

Nicolás de Bobadilla, uno de los primeros compañeros de Ignacio, no acogió como Javier, las directrices de Ignacio acerca de la correspondencia: al recibir la carta de Ignacio, la respondió criticándole y señalándole las incorrecciones de su mal castellano y calificándola de nada constructiva: "Creéis que todos se edifican de estas copias vuestras; yo pocas muestro y pocas leo, no tengo tanto tiempo; que de lo superfluo de vuestra carta principal se pudieran hacer dos cartas". Le escribe, además, que no pierda tiempo en corregir cosas de tan poca sustancia; y que algunos que no lo conocen, pueden pensar que no tiene en qué emplear su tiempo. Pero Ignacio le responde recordándole lo que ya había escrito al respecto: o sea que la carta principal, debía ser tal que se pueda mostrar a cualquier persona, mientras que, en otras adjuntas, que llama "hijuelas", se pueden tratar los temas como a cada uno le plazcan, "de la abundancia del corazón". Y le añade:


"A mí me sobra tiempo y gana para leer y releer todas las vuestras".

 

He pensado que la "Acreditación como Hospital Universitario", implica la estrecha unión entre "Hospital" y "Universidad" y que el empeño que pusieron Ignacio y Javier, junto con sus compañeros, para mantener una afectuosa y estrecha comunicación, es inspirador.