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He pensado que…
Por: Padre Eugenio Antonio Gómez Caycedo, S.J.
Aug 06 2018
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He pensado que… la frase "El Hospital Universitario San Ignacio te da la bienvenida" con la cual el Doctor Julio César Castellanos, Director de nuestro Hospital, introduce la Cartilla Institucional 2018, es una excelente síntesis de lo que queremos ser.

Bienvenido, Welcome. Bienvenue, Willkommen, Bem vindo, Benvenuto... son palabras de bienvenida que podemos escribir en todos los idiomas y colocarlas en todas las puertas, pero que resultan falsas y engañosas si no
 

"...Enfocamos todos nuestros esfuerzos para que nuestras relaciones se caractericen por el interés genuino en el otro, el trato digno sin discriminación, con honestidad y respeto, favoreciendo condiciones de justicia, privacidad confidencialidad, silencio y tranquilidad" (Cartilla Institucional, pág. 1).
 

"Buen día", "bien venido": es un saludo que empleamos con frecuencia; pero que, a fuerza de repetirlo, puede volverse rutinario y sin sentido, si no hay un genuino interés por el otro; si falta ese amor, que como dice San Ignacio en los Ejercicios Espirituales, "se ha de poner más en las obras que en las palabras".

Somos bienvenidos todos cuantos llegamos al Hospital cada día, convencidos de que tenemos una misión como la de Cristo: "que todos tengan vida y la tengan en abundancia": misión que no es propia tan solo de los profesionales de la medicina, y de la enfermería, sino también de quienes prestamos servicios de toda índole en el Hospital. Somos todos bienvenidos.

Son bienvenidos también los pacientes y sus allegados, porque son la razón de ser de nuestros esfuerzos mancomunados para que nuestra relación con ellos se caracterice por un trato digno y respetuoso hacia todos, sin discriminación.

A este propósito quiero traer una experiencia que viví recientemente cuando fui invitado a la bendición de "sala de paz", un lugar destinado a recibir a las personas que mueren en el Hospital y a sus allegados. Aparte de la pulcritud y belleza de las instalaciones, me impresionó profundamente la actitud de respeto y solidaridad de los compañeros. Suena extraño decir que allí también se da una bienvenida digna a los difuntos. La bendición allí fue mucho más que una ceremonia presidida por un sacerdote: fue un acto de amor, la reafirmación del compromiso que se vive cada día de hacer buenas todas las etapas de la existencia humana, desde el momento que se inicia la vida hasta el ocaso.

Bienvenidos todos a nuestro hospital, porque todos con su venida contribuyen a que haya toda suerte de bienes: salud, higiene, orden, eficiencia, etc. Bienvenido el enfermo, el débil, el que sufre y quienes lo acompañan.

Es bendición toda persona que cura, que investiga, que estudia, que limpia, que escucha, que apoya, que acepta sus propias limitaciones, que trasmite paz y alegría, que desempeña su oficio con amor. He pensado que venir al HUSI es dar y recibir muchas bendiciones que todos estamos en capacidad de dar y recibir y por eso…

"Todos somos bienvenidos" …   "Todos damos la bienvenida"