Temas
del Mes

Salud, superando la utopía frustrante
Por: Julio César Castellanos Ramírez - Director General
Jul 03 2019
vistas
Los seres humanos en general apreciamos el estar sanos y buscamos mantenernos así. Grandes líderes, y entre ellos quiero citar a don Arturo Calle, quien en varias ocasiones, durante sus intervenciones en reuniones y ceremonias nuestras, nos afirma que la salud es tan importante que sin ella no importa el dinero que se tenga, y que cuando se está sano cada uno de nosotros es capaz de superar grandes crisis, incluso las financieras. 
 
La definición de la OMS, que se promulgó en la Constitución de la Organización Mundial de la Salud en 1948, en la cual se menciona que salud es "un estado de completo bienestar físico, mental y social" nos ha condenado a ser no saludables. La búsqueda de lo imposible es una utopía que en el Diccionario de la lengua española comprende: "plan, proyecto, doctrina o sistema deseables que parecen de muy difícil realización" y "representación imaginativa de una sociedad futura de características favorecedoras del bien humano". La sociedad contemporánea se mueve sobre lo alcanzable y realizable entendiendo los límites de la naturaleza humana, y más cuando comprendemos que la salud se genera en los determinantes de lo genético, lo conductual, el ambiente y el acceso a servicios de salud.
 
Por ello, es momento de no frustrar nuestras vidas en la búsqueda de lo imposible y construir un objetivo común basado en consolidar un estado de vida que nos permita disfrutarla en plenitud, asegurando nuestra salud. De acuerdo con esto, les invito a asumir y a construir como una realidad en nuestras vidas, comunidad y sociedad el concepto de salud que presentó el Doctor Alejandro Jadad, comentado en otros números de este boletín, quien menciona que salud es "la capacidad de las personas o de las comunidades de adaptarse y gestionar los desafíos físicos, mentales o sociales que se les presentan en la vida".
 
Y el mejor indicador para saber si se está sano es la percepción que cada uno tiene de su propio bienestar. Leonard Wayne Sumner, filósofo canadiense que se destaca por su trabajo en ética normativa y aplicada, filosofía política y filosofía del derecho, en 1996 planteó que bienestar es "la capacidad de juzgar que nuestra vida está yendo o está bien".
 
Sobre las bases anteriores, Compensar realizó un trabajo que nos presentó en la reunión del Órgano de Gobierno de la Red Integrada, para explorar el concepto de autopercepción de salud positiva y bienestar. En éste se encontró que en la población que no utilizó servicios de salud en el último año (2.349 personas) la percepción de salud positiva fue del 91.5% y que en quienes utilizaron servicios de salud en los últimos dos meses (3.348 personas), la autopercepción de salud positiva fue del 86.6%, mientras que en un grupo de pacientes con falla renal (277 personas), la autopercepción positiva fue del 55.6%, en pacientes pluripatológicos (240 personas) fue del 47%. Esto muestra que, si bien hay explicación en la sensación de salud positiva, ésta disminuye cuando se está enfermo, pero en todos los grupos hay personas que consideran que están con buena salud. 
 
Algo similar ocurrió cuando se les preguntó sobre la percepción positiva de su bienestar. La respuesta arrojó los siguientes porcentajes: La población que no utilizó servicios en el último año presentó un 93.4%, quienes utilizaron servicios en los últimos dos meses 93%, pacientes con falla renal 68,2% y pacientes pluripatológicos 70%. Y lo que es más interesante, es que al observar el grupo de pacientes renales se identificó una diferencia significativa entre las personas con percepción positiva con respecto a quienes no la tenían, deduciendo así que éstos últimos consumieron más servicios de salud, consultaron más veces o necesitaron tratamientos más complejos. Esta evaluación en nuestra población, que incluye a varios de nosotros, nos confirma que buena parte de la carga de salud y enfermedad está en nuestro pensamiento y en el cómo percibimos nuestro bienestar.
 
En este mes en que celebramos el 31 de julio el día de nuestro patrono San Ignacio de Loyola, les invito a llevar a la práctica uno de sus mensajes: "No satisface el saber mucho, sino el sentir y gustar internamente de las cosas". Por ello, como individuos aprendamos a sentir y gustar de lo que tenemos y somos, para contar con el equilibrio en el bienestar que nos permita gestionar los desafíos físicos, mentales y sociales que tenemos en el día a día. Además, para que quienes tenemos el rol de cuidadores o profesionales de salud, ayudemos a nuestros pacientes a llegar a ese estado de percepción positiva que les permitirá ser más sanos.