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He pensado que… "No somos Charlie"
Con ocasión de la multitudinaria manifestación ocurrida en Paris, con pancartas que decían: "Je suis Charlie" (Yo soy Charlie), a propósito del asesinato de 12 personas de la revista satírica Charlie Hebdo, por las caricaturas que publicaban,
Por: Eugenio Antonio Gómez Caycedo, S. J. - Director de Auditoría Interna de Gestión
Feb 11 2015
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Con ocasión de la multitudinaria manifestación ocurrida en Paris, con pancartas que decían: "Je suis Charlie" (Yo soy Charlie), a propósito del asesinato de 12 personas de la revista satírica Charlie Hebdo, por las caricaturas que publicaban, se ha hablado de la libertad de expresión y en algunos casos se ha afirmado que dicha libertad no tiene límites y que cualquiera tiene derecho a decir y publicar lo que se le antoje, aunque sea ofensivo y ridiculice los sentimientos y tradiciones de los demás. 
 
A este propósito el Papa Francisco afirma que no es aceptable la respuesta violenta de los ofendidos, pero hace ver que es explicable, con una comparación válida para cualquiera de nosotros y es que nadie se ríe de que se burlen de su madre, ni menos acepta que el agresor tiene derecho a hacerlo y, que si lo hiciera el Dr. Gasbarri, su colaborador, podría esperar un puñetazo. 
 
En un Hospital, más que en otra parte, se hacen patentes las limitaciones humanas y se comprueba que ninguno de nosotros está exento de padecerlas, sin importar la edad, las condiciones económicas etc. 
 
En nuestro Hospital partimos de la base de la dignidad de toda persona, que nos lleva a respetarla y amarla. Y por consiguiente, condenamos todo trato descortés venga de donde venga; pero mucho más si se reitera y se defiende como ejercicio de la libertad. Si alguien, por ejemplo, atraviesa obstáculos a un invidente para hacerlo caer y reírse de él, lo menos que diríamos es que es un delincuente. 
 
Es un grave error creer que todo lo que es verdad se puede revelar y comentar. Y más grave si no es verdad o es tan solo un rumor que se acoge como un hecho comprobado. No toda verdad se puede revelar: hay aspectos de la vida de una persona que pertenecen a su intimidad y que si uno los conoce debe conservarlos en secreto. Con mayor razón si se nos han revelado en confianza, por amistad o por el oficio o profesión que ejercemos. De ahí el cuidado que se tiene en el Hospital con las Historias Clínicas y la recomendación de que no se comenten en los pasillos y ascensores. 
 
Más allá de lo permitido o prohibido, todos en el Hospital Universitario San Ignacio debemos aspirar al "magis": a mejorar aquello que redunde en beneficio de todos (del paciente, de sus allegados, del equipo asistencial y administrativo, de la sociedad): el saludo cordial y sincero; el trato pudoroso; el deseo de "ponerse en los zapatos del otro"; el interés por el más necesitado, sin discriminaciones por motivos económicos, de inclinación sexual, edad o religión; la información sobre derechos y deberes; el servicio espiritual. Como se lee en nuestra Cartilla Institucional, debemos mantener una "decisión permanente de ayudar y servir con excelencia, actuando con sensibilidad ante las necesidades de los usuarios del Hospital, comprendiendo adecuadamente sus demandas y generando soluciones efectivas" 
 
"Yo no soy Charlie" si serlo significa que me creo con derecho a burlarme de los demás, si mi deporte es alimentar los oídos de los chismosos revelando, aumentando y deformando la información, que por algún conducto ha llegado a mí. "Yo no soy Charlie" si serlo significa exigir derechos y desconocer los deberes correspondientes, desconocer los errores y negarse a enmendarlos. 
 
"No somos Charlie. Somos HUSI" y tenemos una manera propia de ser y actuar".