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LIDERAZGO EN LA DOCENCIA: COMPROMISO DEL HOSPITAL UNIVERSITARIO
Por: Julio César Castellanos Ramírez- MD - Director General
Aug 03 2016
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En este mes en que nos encontramos muy cercanos a la visita que hará la Comisión del Ministerio de Salud y Protección Social en conjunto con el Ministerio de Educación, dentro del proceso mediante el cual obtendremos nuestra Acreditación como Hospital Universitario, les invito a prepararnos mediante una profunda reflexión sobre el significado de este reto.
 
La Ley 1438 de 2011 en su Artículo 100 define: "El Hospital Universitario es una Institución Prestadora de Salud que proporciona entrenamiento universitario, enfocado principalmente en programas de posgrado, supervisado por autoridades académicas competentes y comprometidas con las funciones de formación, investigación y extensión". Y en realidad eso hemos sido durante estos más de setenta años, en cuanto asumimos el reto de que no es posible hablar de calidad en la formación de talento humano en salud, pensando solo en modelos teóricos y de simulación, puesto que se requieren indispensablemente de Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud que permitan el entrenamiento práctico de esos profesionales.  
 
En búsqueda de procesos de alta calidad en la Educación Médica, existe en el mundo una tendencia a contar con Hospitales Universitarios Acreditados, y en especial a conformar Centros Médicos Académicos como la estrategia de consolidación de procesos docentes, asistenciales, investigativos y de extensión que formen mejor al talento humano en salud y logren un mayor beneficio a las sociedades de su territorio. 
 
Es conocido que en el país se tiene déficit de profesionales y la necesidad de mejorar la calidad, pero hacerlo con calidad va a exigir un gran esfuerzo para consolidar redes de prestadores con vocación y capacidad docente. En nuestro caso, aliados con Javesalud, vamos a fortalecer nuestro Centro Médico Académico, que responda a las necesidades de la Pontifica Universidad Javeriana para el adecuado desempeño de práctica de los alumnos de pre y postgrado.    
 
Ante el nuevo Modelo de Atención Integral en Salud (MIAS), las entidades educativas y las asistenciales debemos ajustar los modelos docencia-servicio de manera que se tenga claro cuáles son los escenarios de nivel primario, los de nivel complementario y en especial preparar con un mayor énfasis en los primarios y ambulatorios con aplicación del enfoque de Medicina Familiar; a los estudiantes de pregrado, para contar con los profesionales que el país requiere en el corto y mediano plazo.
 
Todo lo anterior, establece un compromiso general de las Instituciones Prestadoras de Servicios de salud con naturaleza académica. Pero nuestra naturaleza fundacional nos lleva a buscar fundamentos para contribuir a la educación con la impronta Jesuítica.  Revisemos solo dos de las fuentes que nos llevan a buscar el camino que nos diferencia de otras organizaciones.
 
La primera es una presentación que hizo el padre Peter-Hans Kolvenbach S.J., antiguo General de la compañía de Jesús en un discurso en la Universidad de Georgetown, el 7 de julio de 1989: "El objetivo último de la educación jesuita es, más bien, el crecimiento global de la persona que lleva a la acción, acción inspirada por el Espíritu y la presencia de Jesucristo, el hijo de Dios, el «Hombre para los demás». Este objetivo orientado a la acción está basado en una comprensión reflexiva y vivificada por la contemplación, e insta a los alumnos al dominio de si y a la iniciativa, integridad y exactitud. Al mismo tiempo discierne las formas de pensar fáciles y superficiales indignas del individuo, y sobre todo peligrosas para el mundo al que ellos y ellas están llamados a servir".  Por consiguiente, tanto como el médico y médica general o especialista, así como los profesionales de enfermería, psicología, nutrición y otras áreas que se forman o realizan prácticas en nuestro Hospital, requieren que todas las personas que laboramos o somos atendidas en el HUSI les creemos el ambiente y comportamiento favorable para tener el dominio mismo de sí, tomar iniciativa y actuar con integridad y exactitud evitando y sancionado moral e institucionalmente todo aquello que signifique superficialidad, irrespeto e indignidad. Para ello debemos tratarnos y tratar a los estudiantes con todo el respeto y cordialidad, apoyando su aprendizaje, celebrando, destacando sus logros y aciertos, así como haciendo notar sus debilidades directamente a ellos, con todo el cariño posible, o a través de los docentes supervisores o la Dirección de Educación. 
 
También los usuarios (pacientes y acompañantes) pueden y deben participar en ello directamente o mediante la Alianza de Usuarios o la Oficina de Atención al Usuario.      
 
El segundo se encuentra en el texto intitulado "Pedagogía Ignaciana. Un planteamiento práctico", que trae un mensaje, que adapto a nuestro contexto así: "En nuestra misión hoy la pedagogía básica de Ignacio puede ayudarnos mucho para ganar las mentes y los corazones de las nuevas generaciones. Porque la pedagogía de Ignacio se centra en la formación de toda la persona, corazón, inteligencia y voluntad, no sólo en el entendimiento; desafía a los alumnos a discernir el sentido de lo que estudian por medio de la reflexión, en lugar de una memoria rutinaria; anima a adaptarse, y eso exige apertura para el crecimiento en todos nosotros. Exige que respetemos las capacidades de los alumnos en los diferentes niveles de su desarrollo; y todo el proceso está fomentado por un ambiente hospitalario de consideración, respeto y confianza, donde la persona puede con toda honradez enfrentarse a la decisión, a veces dolorosa, de ser humano con y para los demás".  
 
Por lo anterior, todos y todas desde nuestra vivencia cotidiana en el Hospital con los y las estudiantes de pre y posgrado, mediante nuestro ejemplo y comunicación asertiva, debemos asumir el reto de apoyar a la Universidad en la formación de LOS MEJORES PARA EL MUNDO.