La primera celebración del Día Internacional de la Mujer tuvo lugar el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, y su conmemoración se ha venido extendiendo, desde entonces, a numerosos países.

Aunque en el antiguo Egipto se documenta muy bien el ejercicio de los derechos civiles a la propiedad y a la contratación, entre otros, que tenían las mujeres, estos se fueron perdiendo y no obstante el papel protagónico que muchas reinas, escritoras, santas, pensadoras, pintoras y científicas, entre otras, tuvieron en la evolución de la historia y la humanidad, les estaba negado a todas las mujeres el acceso al voto y a la ciudadanía con ejercicio de derechos civiles.

Poco a poco fue evolucionando el derecho al sufragio para las mujeres en el mundo, entre 1838 y 1931, aunque solo hasta 1948 en la Declaración de los Derechos Humanos se consagra ese derecho universal, que se ratifica en 1952 en la Convención sobre los derechos políticos de la mujer, emanada de las Naciones Unidas. En Colombia solo hasta 1954 se permitió este derecho, al igual que la cedulación y otros derechos civiles.  Esta evolución de 64 años de plenos derechos a la mujer, quizás no ha bastado a nuestra cultura y sociedad para que en todo reconozcamos a las mujeres como iguales en derechos y dignidad a los hombres.      

Aunque la dignidad del ser humano es igual para todos y es absoluta, la frecuencia en los últimos meses de reporte de casos que afectan la integridad física y la vida de las mujeres en Colombia, nos induce a realizar una profunda reflexión sobre el valor que como sociedad damos a la mujer.

Bien decía el político y pensador indio Mahatma Gandhi (1869-1948): "Llamar a la mujer el sexo débil es una calumnia, es la injusticia del hombre hacia la mujer. Si por fuerza se entiende la fuerza bruta, entonces, en verdad, la mujer es menos brutal que el hombre. Si por fuerza se entiende el poder moral, entonces la mujer es inmensamente superior". Es evidente que la lealtad moral, la capacidad de entrega a lo que hace y quiere y la habilidad para realizar más de una actividad simultáneamente, le genera a la mujer un rol diferente y destacado que se hace más evidente en colegios, universidades, barrios, empresas, en fin, en la Sociedad en general.     

Es esencial que respetemos y demos el amor que la mujer merece, mostrándolo con ejemplo tanto hombres como mujeres, además de comunicarlo cuando nos dirijamos a todos en el dialogo cotidiano incluso el que se haga por redes sociales. Un Homenaje para la mujer es que las tratemos en igualdad de condiciones a los hombres por ser personas igualmente capaces e inteligentes, que respetemos y valoremos el papel que cada una de ellas desempeña en la familia y en el trabajo.

En este año que existen varias candidatas al Senado y Cámara, e incluso candidatas a la Presidencia, y se celebran unas importantes elecciones (marzo 11 y mayo 27), es hora de que hombres y mujeres hagamos un real homenaje a la mujer y dándoles la oportunidad a ellas de expresar sus propuestas y de que nosotros como ciudadanos las oigamos al igual que hacemos con los candidatos masculinos y, en igualdad de calidades y programa político, votemos por ellas, con la seguridad de que ejercerán mejor su rol y nos defraudarán menos.

Un especial llamado a que las mujeres hagan un homenaje a las que lucharon superando penurias y maltrato por obtener ese derecho al voto, votando de manera masiva.

Adicionalmente les invito a valorar y reconocer la labor de las 1.832 mujeres que hacen parte de nuestro Hospital ocupando el 74% de nuestro equipo de trabajo, porque es importante que todos los seres humanos de cualquier edad respetemos a las mujeres y que ellas mismas también se amen para que entiendan que son iguales de importantes a los varones. El dramaturgo español Jacinto Benavente (1866-1954) decía: "Bien sé que las mujeres aman, por lo regular, a quienes lo merecen menos. Es que las mujeres prefieren hacer limosnas a dar premios".  Por ello no se justifica que en razón a esa generosidad afectiva de la mujer no se le respete, y ella no haga respetable su amor dejando pasar los irrespetos y no denunciado a quien abusa de esa bondad. Acompañémoslas todos en la justa protección de sus derechos.  Y más en la Colombia de hoy en cuanto como dijo la dos veces premio nobel Maria Salomea Skłodowska-Curie (1867-1934): " La vida, no es fácil, para ninguno de nosotros. Pero... ¡Qué importa! Hay que perseverar y, sobre todo, tener confianza en uno mismo".