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Nuestro HUSI He pensado que…
Por: Padre Eugenio Antonio Gómez Caycedo, S.J.
Jan 14 2019
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He pensado que la frase "Feliz Año Nuevo", que repetimos al comenzar cada año, no es más que la vieja frase que acostumbramos a decir, pero que no garantiza un año mejor.
 
¿Qué tiene de nuevo el año que comienza? ¿Qué significa para el HUSI un año nuevo? ¿Significa que las estrofas de nuestro Himno serán una realidad? ¿Que vamos a trabajar día a día con tesón, con ética y todo el corazón? ¿Que a pesar de la adversidad, muchos triunfos lograremos alcanzar? ¿Que el reto sigue su camino y hasta la meta vamos a llegar?
 
Los avances en la ciencia, la tecnología y su proyección en la sociedad, no producen por sí mismos los objetivos que nos proponemos.
 
El mejoramiento continuo, que en el lenguaje de San Ignacio, nuestro patrono, se llama el "magis" o "mayor Gloria de Dios", no se logra sin nosotros, sino mediante el discernimiento o búsqueda permanente de lo que es más conveniente para el fin, "según tiempos, lugares y personas".
 
Con relación a los tiempos que vendrán, hay miradas pesimistas de quienes consideran que todo tiempo pasado fue mejor; que el 2018 fue malo y que el 2019 será peor. Se sueña con sitios paradisíacos y se denigra de las juventudes modernas calificándolas de gocetas, inconstantes e incapaces de asumir responsabilidades. Realmente no es así y aunque lo fuera, queremos aceptar con valentía ese y todos los retos, y creemos que hasta la meta vamos a llegar.
 
San Ignacio de Loyola es nuestro guía, no solamente por lo que nos enseña a través de los Ejercicios Espirituales, de sus Cartas y de las Constituciones de la Compañía de Jesús, sino por el testimonio de su vida cuyo proyecto se fue transformando gracias a la búsqueda permanente del mejoramiento, orientándose más al servicio de los demás, que a su propio beneficio. Sus sueños de sobresalir y emular a los grandes santos, como muestra de su conversión, fueron transformándose en preocupación por los demás. Dejó de pensar en apartarse de la gente y fue encontrando la mejor forma de comunicar a otros sus ideales y hacerlos sus compañeros en las decisiones y proyectos que se proponía. 
 
No fue tarea fácil, pero fue aprendiendo de la mano de Dios. Pues, como se lee en su autobiografía: "Le trataba Dios de la misma manera que trata un maestro de escuela a un niño, enseñándole" (No. 27).
 
No pocas veces tuvo que enderezar el rumbo que había tomado; por ejemplo, cuando decidió estudiar a pesar de su edad y graduarse en la Universidad de París.
 
Año nuevo en el HUSI no puede ser un año más, igual al que termina, sino un año mejor: Un año en el que vamos a corregir fallas y a avanzar en calidad y cobertura.
 
Serán importantes todas las mejoras materiales, pero las más importantes son las que logremos en nosotros mismos, en la calidad de nuestro servicio y en nuestra capacidad de ponernos en los zapatos del otro y ayudarlo a que se sienta mejor tratado.
 
Así como los pesebres de la Navidad del 2018, que resultaron maravillosos y sacaron a la luz la creatividad y destrezas de muchos y fueron una demostración fehaciente de la eficacia del trabajo en equipo, podemos esperar que gracias al aporte de todos, el HUSI contribuirá a que, para muchas más personas, en el 2019 los deseos de un año feliz se conviertan en una realidad.