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He pensado que… vida: cruz y resurrección
Por: Padre Eugenio Antonio Gómez Caycedo, S. J.
May 19 2020
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Lo que escribí para el BOLETÍN LO NUESTRO del mes pasado, acerca de la semana santa, como una oportunidad de encontrarle sentido a la labor que realizamos en el Hospital, la cual tiene como objetivo la vida: cruz y resurrección, se ha venido realizando día a día en la pandemia del coronavirus.
 
En todas las intervenciones del Papa Francisco hubo un reconocimiento de la consagración de todos aquellos que trabajan en el campo de la salud y nuestro Hospital lo merece especialmente. Para contener el avance de la enfermedad ha sido necesario limitar el contacto entre las personas y tomar muy en serio muchas recomendaciones que reiteradamente nos habían hecho.
 
El virus, aparte de haber atacado y matado a muchos, ha traído grandes beneficios para toda la humanidad, en la medida en que se ha tomado conciencia de que nos afecta a todos y no solo a los pueblos pobres y subdesarrollados y; por eso mismo,  no hemos podido permanecer indiferentes. Pero además, la pandemia ha puesto al descubierto, como nos dijo el Papa Francisco, las graves enfermedades que padece nuestra sociedad: la inseguridad de muchos que no tienen donde refugiarse ni cómo conseguir el pan de cada día.
 
En el presente Boletín Lo Nuestro, me permito seleccionar y resaltar unas pocas frases pronunciadas por el Papa Francisco en el "Momento extraordinario de oración en tiempos de epidemia, presidido por el Papa Francisco el Viernes, 27 de marzo de 2020 y en la Vigilia Pascual, noche del sábado 11 de abril de 2020).
 
 "No nos hemos despertado ante guerras e injusticias del mundo, no hemos escuchado el grito de los pobres y de nuestro planeta gravemente enfermo. Hemos continuado imperturbables, pensando en mantenernos siempre sanos en un mundo enfermo". "La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades. Nos muestra cómo habíamos dejado dormido y abandonado lo que alimenta, sostiene y da fuerza a nuestra vida y a nuestra comunidad." (Viernes, 27 de marzo de 2020).
 
"Abrazar su Cruz es animarse a abrazar todas las contrariedades del tiempo presente, abandonando por un instante nuestro afán de omnipotencia y posesión para darle espacio a la creatividad que sólo el Espíritu es capaz de suscitar. Es animarse a motivar espacios donde todos puedan sentirse convocados y permitir nuevas formas de hospitalidad, de fraternidad y de solidaridad. Es la vida del Espíritu capaz de rescatar, valorar y mostrar cómo nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes —corrientemente olvidadas— que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia: médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y tantos pero tantos otros que comprendieron que nadie se salva solo." (Viernes, 27 de marzo de 2020).
 
"Acallemos los gritos de muerte: que terminen las guerras; que se acabe la producción y el comercio de armas, porque necesitamos pan y no fusiles. Que cesen los abortos, que matan la vida inocente. Que se abra el corazón del que tiene, para llenar las manos vacías del que carece de lo necesario." (En la Vigilia Pascual, 11-04,2020).