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De obra de misericordia al Hospital contemporáneo
Por: Julio César Castellanos Ramírez- MD Director General
Aug 06 2018
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En días pasados la página web del servicio de noticias de BBC News Mundo publicó un artículo titulado: "Cómo el temor por el Juicio Final llevó a la creación de los hospitales". En él se hace una interesante presentación acerca de los orígenes cristianos del hospital moderno sobre la cual presento a los lectores de nuestro boletín una reflexión misional y de valores.   

Se comenta que el término hospital viene del latín hospitium (hospitalidad) y es el lugar que brinda hospitalidad a extraños. En el siglo XVI toda ciudad tenía al menos un hospital. Pero todos eran únicamente para los pobres, puesto que las personas con dinero que enfermaban eran cuidadas en su casa por médicos que trabajaban a domicilio. Así entonces, el hospital podía alimentar a los hambrientos, hospedar a los extraños y acoger a los enfermos. El hospital fue creado como una institución que solía cumplir con todas estas "tareas misericordiosas", como se las llamaba.

Muchos de esos hospitales estaban atestados de pacientes ya que nadie era rechazado, por el principio cristiano sobre el que estaban fundados. Con la evolución, los nuevos hospitales no solo pusieron el foco en curar, sino también en formar profesionales. La medicina se reformó y las camas de los pacientes pasaron a ser un lugar no solo de tratamiento, sino de enseñanza y aprendizaje.

En nuestro caso, teniendo en cuenta tanto la personería jurídica canónica, que nos constituye como institución de la iglesia católica como nuestra acreditación; debemos retomar nuestros orígenes, en el análisis filosófico, para alimentar nuestros valores, lo que nos invita a ser testimonio de vida y acción de la esencia que originó la invención del hospital.

Es central entender que debemos ejercer la misericordia, esta se define en el diccionario como "Virtud que inclina el ánimo a compadecerse de los sufrimientos y miserias ajenos". Y en verdad es nuestro deber compadecer a los sufrimientos humanos con el compromiso de evitar todo el sufrimiento evitable y aminorar o aliviar el que sea inevitable. El servicio de un hospital nos exige trascender la condolencia afectiva por el dolor de otras personas, para realizar acciones efectivas en especial para la prevención y el control del dolor y todas aquellas incomodidades manejables que afecten la calidad de vida de nuestros pacientes y sus acompañantes.  

Al final, nuestro origen histórico nos erige como obra de misericordia, lo que en Diccionario de la lengua española se define como: "Acto con que se socorre al necesitado, corporal o espiritualmente". Lo que es fundamental es que entendiendo al ser humano como un ente biopsicosocial es nuestro deber, además de prestar el servicio de socorrer la salud física, atender la salud mental, lo cual se apoya con dos de nuestros programas transversales esenciales: el soporte de salud mental y el servicio espiritual. Así que no dudemos en recurrir o recomendar a nuestros usuarios el recibir este servicio para una atención más integral.

Les invito a evidenciar nuestro compromiso con la afirmación que cierra el mencionado artículo de la BBC:  Pero a pesar del enorme progreso de la ciencia y la medicina, el espíritu profundamente religioso de los primeros hospitales perduró, ya que siguen siendo lugares que en esencia ofrecen calidez y cuidado al que lo necesita.