Temas
del Mes

He pensado que…
Por: Padre Eugenio Antonio Gómez Caycedo, S. J. - Director de Auditoría Interna de Gestión
Jul 11 2016
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Al definir, como nuestra, la misión de "Ser líderes en la prestación de salud de excelente calidad", apuntamos a un ideal muy exigente que se traduce en el empeño por "aliviar el sufrimiento humano, que se manifiesta como "DOLOR".
 
En el Boletín del pasado mes de junio, hubo un tema central: "Los cuidados paliativos". En la página editorial, se citaron apartes del discurso pronunciado, en la inauguración de nuestro Centro de Atención Integral en Cuidados Paliativos, por la Doctora Olga Lucía Morales Mesa, médica anestesióloga especialista en el tema.  De dicho discurso quiero entresacar un aspecto fundamental que nos toca a todos: el de "cumplir con educar a todas aquellas personas que lo necesitan y a quienes no lo necesitan también".  El caso es que todos necesitamos educarnos en este aspecto, aunque tal vez pensemos que no.
 
Llamar "Integral" a nuestro Centro de Cuidados Paliativos es muy importante, porque las personas no son bien tratadas cuando se las divide en partes y se las considera, como piezas de un rompecabezas, aisladas del conjunto. Por tal motivo, al referirse a este Centro, se habla de: 
 
El Hospital viene ofreciendo la Capacitación HUSI sensible al dolor, la cual, aunque se indique "aplica a personal de enfermería y médicos", sin embargo, no es tema que solo interese a ellos, porque todos experimentamos el dolor en carne propia y en cabeza ajena; y en un Hospital está presente en todos los rincones. Aliviar el dolor es un imperativo para todos y hay que saber hacerlo.
 
Lamentablemente no siempre lo sabemos y esta deficiencia se agrava porque hay interesados en inculcar falsas soluciones, que no colocan como prioridad la salud y el bienestar de los pacientes. La propaganda logra vender analgésicos y acostumbrar a emplearlos indiscriminadamente para evitar el dolor, sin tener en cuenta las causas que lo originan.
 
El dolor es un amigo que nos avisa que algo no anda bien y nos da la oportunidad de poner correctivos antes de que no haya remedio. Esto es válido tanto para el dolor físico como para el sicológico o espiritual. Gracias a este amigo hemos ido aprendiendo a prevenir antes que curar. Hoy damos gran importancia al medio ambiente, al clima laboral, a la calidad de nuestras relaciones, a la espiritualidad y a todo lo que esto comporta: aire puro, agua potable, lavado de manos, ejercicio, descansos, convivencias, alimentación balanceada, medicina preventiva, asesoría espiritual etc. Hoy sabemos que muchas enfermedades tienen origen en la falta de afecto y en la carencia de sentido de la vida. 
 
Y cuando ya se ha producido el efecto nocivo, cuando estamos enfermos, es importante saber cómo curarnos y cómo ayudar a reparar los daños y hacer más llevaderos sus efectos.
 
La mejor terapia que podemos aplicar y que está en las manos de todos es "nuestra actitud": poco puede aportar quien descuida su salud y dice: "al fin y al cabo de algo tenemos que morir"; o quien culpa a Dios o al ciego destino de los males que sufre la humanidad. 
 
Quien se confiesa "cristiano" debe saber que Cristo, a lo largo de su vida terrena, no curó a todos los enfermos ni resucitó a todos los muertos; que no eliminó de su propia vida el dolor y la cruz; pero dio cabida en su corazón a todos los que estaban agobiados y cansados por la enfermedad e invitó a poner remedio con amor a los males morales que a todos nos aquejan.