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A PROPÓSITO DEL PLEBISCITO
Por: Julio César Castellanos R. – MD. Director General
Sep 16 2016
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En estos días los medios de comunicación se llenaron de comunicaciones y controversia sobre el plebiscito que convocará el Gobierno Nacional el domingo 2 de octubre para refrendar el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera. A este respecto es importante precisar que se trata del acuerdo final con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-FARC, por tanto, aunque al final tengamos un importante avance en temas de paz, sin embargo, nos quedará otro asunto, que es necesario resolver, la situación con el Ejército de Liberación Nacional ELN.
 
El Gobierno Nacional, tal como lo establece la Ley Estatutaria para este plebiscito, publicó y divulga el contenido íntegro del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera. Dicha divulgación se realiza de manera permanente, por varios medios, pero es muy fácil consultarlo en la en la página web del El Tiempo aquí.
 
Por tanto, aunque avancen las campañas por el NO y por el SÍ, para poder tomar una decisión ciudadana responsable, debemos revisar este el texto, que si bien tiene 297 páginas es importante empezar a leerlo con calma.
 
Se entenderá que la ciudadanía aprueba este plebiscito en caso de que la votación por el SÍ obtenga una cantidad de votos mayor al 13% del censo electoral vigente y supere los votos depositados por el NO. Por lo cual, nuestra participación ciudadana como votantes es muy necesaria porque el proceso es una decisión importante para el país y no podemos estar ausentes en ella. Invito, pues, a todos los lectores de este Boletín a prepararse para participar en la votación y hacer un análisis concienzudo para la toma de la decisión por el SÍ o el NO. 
 
Independiente de que no sea el proceso final y total para la Paz, es definitivamente un paso muy importante para el futuro del país. De hoy al 2 de octubre, les invito a ser muy críticos y críticas con lo que se oye y a no caer en un proselitismo de confrontación, pero sí a ir analizando la situación del país, las opciones y en especial sobre lo que cada uno de nosotros considera debe ser la Paz.
 
Les invito a retomar una reflexión que había planteado hace unos años. Cada uno de nosotros debe hacerse la pregunta de qué queremos en realidad para nuestra comunidad: ¿Una Paz para todos o una guerra que no se meta conmigo? Si es lo primero, debemos prepararnos a dialogar, a ceder a desarmar los espíritus; ya que muchos hablamos de paz públicamente y en nuestra vida diaria o en la intimidad de nuestro hogar o círculos de amistad hablamos de muertes, de victorias militares, de no ceder, de ganar todo para la posición con la que ideológicamente simpatizamos. Si nuestro deseo es lo segundo (una guerra que no se meta conmigo), nos estamos llamando al engaño, ya que todos padecemos las secuelas económicas y psicológicas del conflicto.
 
El conflicto interfiere sobre varios de los factores generadores o modificadores del estado de salud de los colombianos: se aumentan los elementos que afectan negativamente la salud mental, se disminuye la cobertura de los servicios preventivos; se retrasan o destruyen obras de infraestructura, la inversión y gasto económico del estado y de los bandos en conflicto se dirige más a material bélico y de intendencia, y menos a gasto social; muchas de las formas de producción agrícola pecuaria o industrial se paralizan, disminuyen su rendimiento o no pueden sacar sus productos a los mercados externos. En fin, aunque el país trate de llevar vida normal, su capital humano, social y económico tiene dificultades en alcanzar los niveles que determinan un entorno favorable al estado de salud como equilibrio biosicosocial. 
 
Por lo anterior, les invito a asumir el rol que como ciudadanos tenemos, de definir en las urnas nuestra postura. Actuemos por la Paz con todo nuestro fervor. Si somos trabajadores de salud, atendamos con toda imparcialidad, ética y calidad a las víctimas del conflicto, respetando su dignidad como seres humanos que sufren las consecuencias del problema de orden público que vive Colombia. Al momento de tomar nuestras decisiones, recordemos lo que el célebre político y escritor Inglés Winston Churchill dijo: "Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad".
 
LIBRO RECOMENDADO DEL MES
 
"Perdonar lo imperdonable, crónicas de una paz posible", de Claudia Palacios.
«Una de las periodistas más importantes del país, propone casos particulares en que la paz nace de distintos
anónimos, entrañables» Planeta de Libros.